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NACIONES UNIDAS, Nueva York - Las opciones están limitadas para demasiadas mujeres en todo el mundo, señala el informe insignia del UNFPA, Estado de la Población Mundial 2018, publicado hoy.

La posibilidad de tomar decisiones que afectan la salud y el bienestar de todos está estrechamente relacionado con los derechos reproductivos. La medida en que los ciudadanos puedan ejercer sus derechos reproductivos repercute directamente en el número de hijos que deciden tener, dificultando a los gobiernos la prestación de servicios esenciales - incluyendo atención médica y educación - para ayudar a las personas a salir de la pobreza.

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Los derechos reproductivos son una parte integral del logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Sin embargo, ningún país, independientemente del nivel de ingresos o del sistema político, ha hecho de los derechos reproductivos una realidad para todos. Todavía hay millones de personas en todo el mundo quienes siguen teniendo más hijos —o menos— de los que desearían, lo cual tiene repercusiones a nivel familiar, comunitario y nacional.

Las tasas de fertilidad - altas y bajas - pueden indicar varias deficiencias en materia de derechos humanos. Los países con alta fertilidad a menudo tienen una economía inestable y enfrentan una discriminación por motivos de género que está arraigada. El matrimonio infantil y las uniones tempranas forzadas, por ejemplo, a menudo conducen al embarazo temprano. En el sentido contrario, los países con baja fertilidad, aunque tienden a tener niveles más altos de educación e ingresos, así como menos necesidades de planificación familiar insatisfechas, pueden tener dificultades para cerrar algunas brechas como por ejemplo el cuidado de los hijos. La falta de servicios asequibles de cuidado infantil, lleva a las personas a tener menos hijos de los que les quisieran tener, lo cual puede conducir a cambios demográficos que afectan la prestación de servicios públicos y amenazan con debilitar las economías.

Independientemente de los obstáculos en términos de los derechos reproductivos, los gobiernos deben hacer más para garantizar que las políticas públicas, los servicios y los presupuestos estén en línea con estas opciones. Aquí hay cinco pasos que los estados pueden tomar para garantizar los derechos reproductivos de todas las personas.

1. Respetar los compromisos existentes sobre los derechos reproductivos

En el Programa de Acción de 1994 de la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo, los Gobiernos se comprometieron a garantizar el derecho de las personas a tomar

decisiones fundamentadas sobre su salud sexual y reproductiva como una cuestión de derechos humanos fundamentales. Sin embargo, 25 años después, la universalidad no se ha logrado.

Para comenzar a cerrar estas brechas, los estados deben considerar los factores transversales que afectan los derechos reproductivos al diseñar e implementar políticas. Bangladesh, por ejemplo, ha logrado sus objetivos de fertilidad a través de un enfoque integral del desarrollo que se centra en fortalecer la capacidad de las personas en términos de salud, educación e ingresos. Un punto de partida en cualquier país podría ser llevar a cabo "balances" reproductivos para determinar si las leyes, políticas, presupuestos, servicios, campañas de sensibilización y otras actividades están alineadas con los derechos reproductivos.

2. Poner fin a la necesidad insatisfecha de planificación familiar

Las mujeres con una necesidad insatisfecha de anticonceptivos modernos representan cuatro de cada cinco embarazos no deseados en los países en desarrollo. Pero estas necesidades insatisfechas existen en casi todas partes, incluso en países con baja fertilidad. Los programas de planificación familiar establecidos y financiados a nivel nacional pueden facilitar el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

3. Priorizar la salud sexual y reproductiva en los sistemas de salud

Los servicios de salud reproductiva en muchos países aún no reciben la atención y los fondos que merecen, a pesar de su impacto en una gama de derechos humanos y objetivos de desarrollo, que van desde la pobreza a la participación en el mercado laboral. Estos servicios deben considerarse como parte integral de la atención primaria de salud. Una recomendación es que durante los exámenes médicos se haga la pregunta de que si las personas en edad fértil están teniendo el número de hijos que desean, y respaldar dicha atención con información y referencias para aquellos que no estén satisfechos con sus opciones.

4. Brindar una educación sexual integral y universal

Las personas necesitan información para ejercer sus derechos reproductivos y decidir si desean tener hijos, cuándo y con qué frecuencia tenerlos. Esta información se debe transmitir a los jóvenes antes de que inicien su vida sexual. Todos los currículos escolares deben incluir educación sexual integral, apropiada para la edad, sobre derechos, relaciones y salud sexual y reproductiva, con un enfoque en la igualdad de género.

5. Actuar para lograr la igualdad de género en todos los frentes

Las brechas en los derechos de las mujeres están estrechamente vinculadas a las de los derechos reproductivos. La discriminación por motivo de género puede impedir que las mujeres accedan a servicios de salud que necesitan para tomar sus propias decisiones sobre la anticoncepción. Cuando las mujeres están subordinadas a las decisiones domésticas o sujetas a violencia de género, pueden tener poco poder de decisión sobre su propia fertilidad.

La igualdad de género debe ser parte de todas las políticas nacionales. Los presupuestos sensibles al género, que permiten a las políticas filtrar los recursos públicos de acuerdo con su contribución a la igualdad de género, pueden ser una herramienta importante para acelerar el progreso.

El trabajo en las normas sociales también es esencial. Aunque las mujeres de todo el mundo son cada vez más conscientes de sus derechos, la actitud de los hombres sigue siendo el principal obstáculo. En todo el mundo, las mujeres están tomando una parte desproporcionada de guarderías y trabajos no remunerados, lo que puede desalentar a algunas de tener tantos hijos como deseen. En el caso contrario, para quienes tienen más hijos de los que desean, las exigencias del trabajo doméstico puede convertirse en un obstáculo insuperable para buscar un empleo bien remunerado o participar en asuntos comunitarios.

El poder de decidir

En todo el mundo, las opciones de fertilidad tienen el poder de mejorar el bienestar individual, transformar las sociedades y acelerar el desarrollo global.

"Al final, nuestro éxito no solo se basará en alcanzar lo que consideremos que es la fecundidad óptima", dijo la directora ejecutiva del UNFPA, Natalia Kanem, en el informe. "La verdadera medida del progreso son las personas, especialmente el bienestar de las mujeres y las niñas, el disfrute de sus derechos y la igualdad plena, así como la posibilidad de tomar decisiones libremente en la vida."