Usted está aquí

Pronunciamiento del Sr. Harold Robinson, Director Regional de UNFPA para América Latina y el Caribe.

Vivimos momentos de grandes debates públicos, con un impacto social profundo.

A la crisis sanitaria provocada por la pandemia del COVID-19 se han sumado hechos violentos contra la población afrodescendiente en Estados Unidos y algunos países de América Latina y el Caribe. Como resultado, han surgido protestas contra toda forma de discriminación, racismo, marginalización e injusticia hacia las personas afrodescendientes.

El Sistema de Naciones Unidas se ha solidarizado y respalda las expresiones pacíficas de lucha global contra el racismo, y hace un llamado por la igualdad, la no discriminación y la paz.

Desde el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), trabajamos con nuestros socios implementadores en América Latina y el Caribe en la construcción de un mundo que promueve y defiende los derechos humanos de todas las personas, sin distinción por razón de raza, etnia, nacionalidad, edad, género, orientación sexual o cualquier otra condición. 

El racismo, la xenofobia, el machismo y toda forma de discriminación son la base de la invisibilidad, la negación, la exclusión y la desigualdad, factores que impiden a las poblaciones afrodescendientes el ejercicio pleno de sus derechos. 

Esto cobra aún más vigencia en estos momentos de pandemia, donde la población afrodescendiente requiere ser tratada con igualdad, dados los impactos diferenciados del virus, como la dificultad en el acceso a los sistemas de salud pública y seguridad social, la alta prevalencia de enfermedades crónicas y la exposición en primera línea en puestos de trabajo de alto riesgo y de ocupación informal ante el COVID-19.

Cerca de 133 millones de personas se reconocen como afrodescendientes en América Latina. Los hogares afrodescendientes tienden a ser más jóvenes, con mayor cantidad de miembros y más vulnerables a la pobreza debido a las desigualdades socioeconómicas. Estos factores se suman a tasas significativas de mortalidad materna, embarazo adolescente, expectativa de vida y los niveles más altos de desempleo de la región.

UNFPA en América Latina y el Caribe está trabajando dentro del marco del Decenio Internacional de los Afrodescendientes ampliando programas enfocados a mujeres, niñas y jóvenes para garantizar el reconocimiento pleno de sus derechos así como su participación plena y equitativa en la sociedad. Este trabajo está alineado  e integrado dentro de los planes de la Agenda 2030 y los compromisos de la Cumbre de Nairobi.

En medio de este contexto nos unimos al llamado urgente que hoy hace la población afrodescendiente para poner fin al racismo y construir sociedades más integradas, donde la vida de todos tenga el mismo valor, donde cada persona pueda ser y desarrollarse sin limitaciones, prejuicios y sin miedo. 

Al centro de la misión del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), se encuentra el compromiso de trabajar por las comunidades históricamente oprimidas y apoyar organizaciones e iniciativas lideradas por personas de ascendencia africana. Esta es una prioridad para la organización y para mí personalmente.