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PORT-AU-PRINCE, HAITI (23 de enero de 2010) - El terremoto ocurrido el 12 de enero en Haití no se limitó a llevarse vidas y dejar lisiados. También causó estragos en ministerios, hospitales y escuelas, cimientos institucionales del país. La capacitación de parteras también se ha visto afectada y se encuentra interrumpida de momento, ahora que el país tanto lo necesita.
Quettely Chevalier, docente en la única escuela de obstetricia de Haití, se encontraba dando una conferencia sobre atención obstétrica en la cercana Universidad Lumiere, cuando sobrevino el terremoto. Al sentir el rumor del terremoto, muchos estudiantes entraron pánico y empezaron a correr hacia la salida. Lo mismo haría Chevalier, que logró escapar sana y salva.
 
La escuela de enfermería – una de las tres escuelas oficiales de enfermería del país y situada a escasos metros de la escuela de obstetricia– fue reducida a escombros. Una vez disipada la nube de polvo provocada por el sismo, quedaron al descubierto armarios con batas de hospital que asomaban entre los huecos de la estructura derruida del edificio, que aplastó a su paso el autobús de la escuela.
 
La escuela de obstetricia logró mantenerse en pié, pero los daños estructurales pueden poner en peligro su continuidad.
 
Muchos trabajadores sanitarios haitianos han resultado muertos o gravemente heridos y necesitan atención médica. Por este motivo, el relevo de una nueva generación de enfermeras y parteras es más urgente que nunca.
 
Profesores y estudiantes en paradero desconocido
 
La escuela de obstetricia, en la que cada año se gradúan alrededor de 35 parteras, contaba con 78 estudiantes. Esta contribución, importante y muy necesaria, ayuda a la reducción de la tasa de mortalidad materna del país. Con 670 muertes por cada 100.000 nacidos vivos, la tasa de mortalidad materna en Haití es la más alta del hemisferio occidental y una de las más altas del mundo.
 
El día del terremoto, las clases de la escuela de obstetricia habían terminado a las cuatro, menos de una hora antes del desastre. Para entonces, estudiantes y profesores se habían dispersado, y nadie sabe donde están o qué fue de ellos. Muchos de los estudiantes hacían pasantías en los hospitales, y podrían haber perdido la vida o resultar heridos allí o en la universidad, donde algunos continuaban sus estudios.
 
"Sabemos que la directora de la escuela está viva, pero no hemos sido capaces de comunicarnos con ella", comentó Chevalier.
 
Devastación golpea sanidad y asuntos de la mujer en todos sus niveles
 
Los sectores salud y asuntos de la mujer han resultado gravemente afectados a todos los niveles. "Hemos perdido el noventa por ciento de nuestros socios del Ministerio de Asuntos de la Mujer, al derrumbarse el edificio," declaró Tania Patriota, Representante del UNFPA en Haití.
 
Aún es pronto para iniciar los esfuerzos de reconstrucción. Muchas víctimas del terremoto siguen recibiendo atención de emergencia en los alrededores de hospitales y clínicas improvisadas, los escombros bloquean las calles y todavía hay personas sin hogar durmiendo en calles, aceras y parques. El olor de los cuerpos en descomposición persiste en el aire. Aún así, Haití tendrá que emprender pronto su largo camino hacia la recuperación.
 
"Si hay trabajo, ahí estaré", declaró Chevalier.
 
 
- Trygve Olfarnes