Contribuyendo a que cada embarazo sea sin riesgo
Ninguna mujer debe morir dando vida. A pesar de que las cifras de mortalidad materna han disminuido a nivel mundial, reduciéndose en un 45% desde 1990, aún hay desafíos persistentes que producen complicaciones para la mujer tanto en la etapa de gestación como en el parto. Alrededor de 289,000 mujeres mueren innecesariamente por año, lo cual representa unas 800 mujeres al día. Cada muerte cuenta y ni una sola debe ser en vano.
Según el estudio Tendencias de la Mortalidad Materna: 1990 - 2013, en Latinoamérica y el Caribe, varios países han progresado, con una reducción de un 40 por ciento desde 1990, cuando se reportaron 17,000 muertes y en el 2013 la cifra descendió a 9,300 muertes en la región. La demora en buscar ayuda, en llegar a un centro de salud o para tener acceso a la asistencia por parte de una persona calificada, son tres obstáculos determinantes que enfrenta una mujer embarazada. Por otra parte, las enfermedades preexistentes están cambiando el perfil de la mortalidad materna en el mundo. Uno de cada cuatro decesos se debe a condiciones de salud como la diabetes, el VIH, la malaria y la obesidad, cuyos impactos pueden ser agravados por el embarazo, siendo la causa de un 28% de las muertes maternas a nivel mundial, seguido por las hemorragias.
Otro aspecto importante es el hecho de que más de 15 millones de niñas, entre los 15 y 19 años de edad están dando a luz cada año. Una de cada cinco niñas es menor de 18 años, lo cual eleva el riesgo de mortalidad materna. Aún queda mucho por hacer para prevenir los embarazos en las adolescentes y las infecciones de transmisión sexual. Se registran 33 muertes maternas por hora, lo cual continúa siendo un número inaceptable, especialmente por la evitabilidad de la mortalidad materna.
Nuestro Desafío
El desarrollo, fortalecimiento y ampliación de los cuidados obstétricos es un desafío que enfrenta la región de América Latina y el Caribe, con el fin de que más madres sobrevivan al parto y den a luz a niños saludables. A nivel mundial, alrededor de 3 millones de recién nacidos mueren anualmente.
Embarazo Adolescente: Todos los días, 20 mil niñas y jóvenes, menores de 18 años dan a luz en países en desarrollo. Dos millones de los 7.3 millones de partos de adolescentes, menores de 18 años que ocurren anualmente son partos de niñas menores de 15 años. Diariamente, 200 niñas y adolescentes embarazadas enfrentan la máxima violación de sus derechos: la muerte. Es preciso hacer todo lo que está al alcance para abordar la prevención del embarazo en adolescentes de manera estratégica.
Acceso Universal a Servicios de Salud: Para evitar que más mujeres sigan sufriendo complicaciones que ponen en riesgo su vida y la de sus hijos, es necesario garantizar el acceso a servicios de salud integrales y de calidad, empezando por servicios de salud sexual y reproductiva, que cuenten con respaldos sólidos e ininterrumpidos.
Inversión en Recursos: La inversión en recursos humanos para la salud, tales como los conocimientos de partería, al igual que el empoderamiento de las mujeres para que ejerzan su derecho a la atención que puede salvar sus vidas, son parte del reto permanente de hacer de la salud materna una prioridad, tanto a nivel regional como global.
La Oportunidad
La promoción de un compromiso político y social impulsado por el Fondo de Población de las Naciones Unidas, a través de la estrecha relación con los donantes del sector privado y el trabajo en conjunto con los gobiernos, ha dado como resultado un fortalecimiento de las capacidades de los sistemas de salud, en los que se ha podido ampliar la provisión de un amplio espectro de cuidados maternos, extendiendo el acceso a cuidados obstétricos de emergencia.
En la región de América Latina y el Caribe, cada vez se puede percibir más el interés que demuestra la comunidad internacional en conjunto con las agencias, en hacer un monitoreo efectivo de los índices de mortalidad materna y mejorar los datos que aportan los países, para determinar las causas de este problema y desarrollar acciones concretas para combatirlo, tales como invertir en intervenciones basadas en la evidencia, que incluye la planificación familiar, mejorar la calidad del cuidado prenatal, asegurar que todo parto sea asistido por un proveedor o proveedora competente, cuidados de calidad al recién nacido y monitoreo de la salud de las mujeres, especialmente aquellas que presentan condiciones médicas preexistentes.
La inversión en juventud, especialmente en la educación sexual de las y los jóvenes y adolescentes es clave para reducir el embarazo en adolescentes. La tasa de las adolescentes embarazadas (15 a 19 años) de la región sólo es superada por África y es mucho mayor que el promedio mundial. El 20% de los partos en la región correspondió a mujeres menores de 20 años de edad. El porcentaje de nacidos vivos del total de madres adolescentes de entre 15 y 19 años en algunos países de América Latina promedia el 18%.
El UNFPA cuenta con los mecanismos necesarios para trabajar en conjunto con los países que estén en disposición de revisar o actualizar los protocolos nacionales y ofrecer los cuidados necesarios para salvar vidas de millones de niñas, jóvenes y mujeres, a través de la elaboración o adecuación de planes de prevención y estudio para formar a médicos, enfermeras, matronas y otros proveedores de atención médica, e incorporar la atención obstétrica y neonatal de emergencia en los programas de formación previos al servicio.
Está comprobado que la mortalidad materna en los países en desarrollo puede reducirse con rapidez si se cuenta con el apoyo político y financiero necesario, en conjunto con el empleo de enfoques eficaces.
Nuestra Estrategia
En el 2008, el UNFPA puso en marcha el Fondo Temático para la Salud Materna. Entre el 2008 y el 2013, los donantes contribuyeron con unos 134 millones de dólares al Fondo, lo cual ha repercutido de manera positiva en el logro de los objetivos trazados. Reducir las inequidades en los sistemas nacionales de salud, continuar incrementando el rango de acceso a los mismos, especialmente en las poblaciones más vulnerables e intensificar la labor de empoderamiento de las mujeres a ejercer su derecho a la salud materna, son los ejes fundamentales en los que se basa la estrategia de la organización.
El fortalecimiento del programa de Partería es otro de los componentes claves de la estrategia del UNFPA, para eliminar estas brechas y garantizar que todas las mujeres tengan acceso a servicios sexuales, reproductivos, maternos y neonatales.
La alianza estratégica con UNICEF, el Banco Mundial, la Organización Mundial de la Salud, ONUSIDA y ONU Mujeres, está haciendo una gran diferencia en cómo se está enfrentando el reto de acelerar el progreso y salvar la vida de madres e hijos y disminuir las tasas de mortalidad materna aún más, a través de la movilización de recursos financieros, humanos y técnicos para apoyar a los países que en conjunto suman el 60% de la tasa de mortalidad materna.
La vida de toda madre puede ser salvada a través de la partería, el acceso a una planificación familiar adecuada, a cuidados obstétricos oportunos frente a cualquier complicación durante el embarazo y la garantía de que toda mujer especialmente aquella que se encuentre en un área rural, marginada o remota pueda ejercer su derecho a servicios de salud sexual y reproductiva de calidad.