LIMA, PERU (28 de mayo de 2010) - “Al principio no entendí porque estaba invitada a esta reunión. ¿Qué tengo que ver yo con mortalidad materna?” dijo Josefina Duarte, una empresaria de Paraguay. Ahora comprendo el propósito: vincular a diferentes sectores de la sociedad con la reducción de la mortalidad maternal.
Es por esto que el GTR (Grupo de Trabajo Regional para la reducción de la mortalidad materna), un grupo especial que trabaja en el tema de mortalidad materna, conformado entre otros por el UNFPA, Fondo de Población de las Naciones Unidad, La Organización Panamericana de la Salud, UNICEF, USAID, Family Care International, el BID y el Banco Mundial, decidieron reunir en Lima, Perú a mas de 60 políticas, representantes de la sociedad civil, empresarias y funcionarios de las Naciones Unidas.
Las líderes coincidieron en hacer un llamado a la acción que enfatice el derecho a servicios de salud reproductiva, la necesidad de acabar con la discriminación y de avanzar en la igualdad de género. La declaración también hace un llamado para fortalecer la educación sexual integral y para aumentar los recursos para los servicios de salud reproductiva y planificación familiar.
América Latina y el Caribe han experimentado, en general, una reducción de la mortalidad materna de alrededor del 25 por ciento entre 1990 y 2007. Aunque algunos países han logrado una significativa reducción en las tasas de mortalidad materna, el promedio está aun muy lejos de reflejar el 75 porciento de reducción de la meta de desarrollo del mileno número cinco (META 5.A) acordada por los y las líderes mundiales en Nueva York en el año 2000.
“La mortalidad maternal no es un asunto de mujeres—es un asunto de la sociedad,” declaro Nidia Vilchez, Ministra de la Mujer y Desarrollo Social del Perú.
Los cálculos muestran que la eliminación global de la mortalidad materna e infantil impulsaría la productividad en unos US$15 mil millones. También se calcula que las mujeres contribuyen con aproximadamente un tercio del producto económico global a través del trabajo no remunerado como encargadas del cuidado en el hogar y trabajo en la agricultura.
En América Latina y el Caribe mueren cerca de 130 mujeres por cada 100,000 nacidos vivos pero esta cantidad oculta profundas desigualdades tanto al nivel regional como a nivel nacional.
El promedio de las tasas nacionales de mortalidad fluctúa desde 630 muertes por cada 100,000 nacidos vivos en Haiti a 10.6 muertes por cada 100,000 nacidos vivos en Uruguay.
Marcela Suazo, Directora regional para América Latina y el Caribe de UNFPA declaró: “La oportunidad de sobrevivir como mujer embarazada depende del lugar de nacimiento, el color de tu piel, tu etnia y cultura, si vives en una ciudad o en las afueras.”
Los grupos vulnerables, como aquellos que viven en el nivel de pobreza, los grupos indígenas y las adolescentes menores de 15 años muestran tasas de mortalidad especialmente altas—una niña menor de 15 años tiene cinco veces más posibilidades de morir por causas relacionadas con el embarazo y el parto que una mujer de 20 años. Las tasas de mortalidad entre mujeres indígenas son casi siempre cuatro veces más altas que las tasas promedio para los países de la región.
“Nostras las mujeres indígenas somos vistas frecuentemente como grupos vulnerable sujetas de ciertos derechos, pero preferimos ser participantes activas en la toma de decisiones,” dijo Tercila Rivera, una líder indígena de Ayacucho, Perú.
Mientras que las participantes coincidían en que los recursos financieros por si solos no van a eliminar la mortalidad materna, también enfatizaron que las contribuciones financieras para la región deben aumentar si se quiere lograr el cumplimiento de la meta de desarrollo del mileno número cinco.
Al reconocer que los recursos deben acompañarse de una voluntad política que se traduzca en servicios de salud reproductiva y educación de calidad, Marcela Suazo hizo un llamado para cuadruplicar la contribución financiera para servicios de salud reproductiva y planificación familiar en la región, de US$746 millones en 2007 a 3.1 mil millones por año.
“Necesitamos voluntad política, necesitamos alianzas y necesitamos campañas, agregó, pero sin recursos no podremos llegar a la meta.”
Las participantes en la reunión de Lima presentaran sus conclusiones en “Women Deliver”, una reunión global sobre salud materna a llevarse a cabo en Washington, D.C. en el mes de junio de este año y en la Asamblea General de las Naciones Unidas en septiembre.