ASUNCIÓN, Paraguay - Dos tercios de los nacimientos de hijos de madres adolescentes (15 a 19 años) de América Latina y el Caribe ocurren en los países del Cono Sur: La tasa de fecundidad adolescente (15-19 años) de la región, con un valor de 73,2, prácticamente duplica los niveles del resto de las regiones, y sólo es superada por África. Estas evidencias, que forman parte del Reporte sobre Fecundidad y Embarazo Adolescente en el Cono Sur, constituyen la base para la tarea que se lleva a cabo nivel de la subregión y que tiene como finalidad abordar de manera coordinada e integral esta problemática.
Paraguay es el segundo país del Cono Sur con más embarazos en adolescentes y a esto se suma que en el país las adolescentes tienen embarazos siendo cada vez más jóvenes. Asunción será sede del lanzamiento del Marco Estratégico Regional de Prevención del Embarazo Adolescente No Intencional, que suscribirán los gobiernos de Argentina, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay, el próximo 6 de junio.
En este proceso, fruto de casi tres años de trabajo, UNFPA, el Fondo de Población de las Naciones Unidas ha colaborado con asistencia técnica, articulación, abogacía y promoción del diálogo político para que los países avancen juntos en la prevención del embarazo adolescente.
“A diario, se registran dos partos en niñas y adolescentes entre 10 y 14 años: hablamos de casi 700 bebés al año hijos de niñas madre. De 100 nacimientos en mujeres paraguayas: 20 son de adolescentes de entre 15 a 19 años; 1 tiene menos de 15 años,”señaló Enrique Riera, Ministro de Educación, cuya cartera junto a la Salud Pública vienen liderando este proceso.
Para Paraguay es una problemática más que relevante, ya que compromete el bono demográfico como oportunidad. “Este desafío que enfrentan 40.700 personas al año, si sumamos a las niñas madres y a sus hijos, es un reto que nos convoca a tomar medidas urgentes, a articular esfuerzos y a realizar acciones mancomunadas”, sostuvo Rocío Galiano, Representante Auxiliar del UNFPA, durante el encuentro con la prensa.
La situación de pobreza duplica el riesgo de embarazo adolescente. En tanto que las diferencias económicas, étnicas, sociales y educativas aumentan la posibilidad de embarazo. De allí que sólo un esfuerzo conjunto de todas las partes involucradas hará factible avanzar en la prevención de los embarazos adolescentes no intencionales.
Texto y fotografías: Carolina Ravera Castro.