MORONA SANTIAGO, Ecuador - Verónica Tiwi, de 39 años, tenía muchos sueños en su adolescencia, pero a los 16 años quedó embarazada y su vida cambió drásticamente. Sus padres le pidieron que se fuera de la casa, “no tenía dinero, estaba por dar a luz, y no sabía qué hacer, estaba totalmente sola”. Caminó por horas desde su natal Limón Indanza hacia Macas, la capital de Morona Santiago.
El cantón rural donde nació Verónica, una mujer indígena Shuar, está ubicado en la provincia de Morona Santiago, situada al centro-sur de la Amazonía ecuatoriana. En esta provincia, el 59% de la población es indígena y el 58% es pobre. En la zona rural de Limón Indanza, la pobreza alcanza el 75% (INEC 2023).
Con ayuda de una mujer que conoció, pudo conseguir trabajo como empleada doméstica en la capital de la provincia, dio a luz y después de un año sus padres le permitieron volver a su casa. Morona Santiago es la provincia con la tasa más alta de embarazos en niñas y adolescentes del Ecuador. Allí, cada día, 3 niñas y adolescentes de entre 10 a 19 años dan a luz, lo que corresponde a 46 partos por cada 1000 chicas de ese rango de edad (INEC 2023).
“Cuando fui adolescente mis padres nunca me hablaron de sexualidad, tampoco recibí educación integral de la sexualidad en mi colegio. Era imposible hablar sobre métodos anticonceptivos; si hubiera preguntado sobre eso, me mataban”, recuerda Verónica.
El embarazo en niñas y adolescentes indígenas afecta profundamente la trayectoria de sus vidas y su desarrollo. Además, repercute negativamente en sus oportunidades educativas, de empleo, perpetuando los ciclos intergeneracionales de pobreza y exclusión.
Los embarazos en niñas están vinculados directamente con la violencia sexual. Mientras en Ecuador 65 de cada 100 mujeres han vivido violencia basada en género en algún momento de su vida, en Morona Santiago la cifra asciende al 79% y el 29% han vivido violencia sexual (INEC, 2019).
El UNFPA apoya al Ministerio de Salud, el Ministerio de Educación y organizaciones locales aliadas para prevenir el embarazo en adolescentes, garantizar el acceso a servicios de salud sexual y reproductiva, promover la educación como derecho fundamental y prevenir la violencia basada en género en la provincia de Morona Santiago. Esta labor conjunta se realiza a través de acciones como la capacitación del personal de salud, el fortalecimiento de los Servicios Amigables de Salud y la implementación de campañas informativas y preventivas.
Verónica es un caso excepcional: a pesar de todas las dificultades, buscó oportunidades de estudios para seguir adelante. Pudo acceder a una beca, se graduó como Técnica de Atención Primaria en Salud en el Instituto Tecnológico Sucúa y consiguió una plaza de trabajo en el Centro de Salud Yunganza del cantón Limón Indanza.
Verónica sabe que muchas niñas y adolescentes no podrán alcanzar sus sueños, ni podrán salir de la pobreza si quedan embarazadas en la adolescencia. Como trabajadora de la salud, está comprometida a hacer todo lo posible para que las niñas no vivan lo mismo que ella.
“Yo hablo con las adolescentes y les cuento mi experiencia para que tengan mejores oportunidades. Les digo lo difícil que fue ser madre adolescente, que fue difícil salir de abajo y seguir creciendo, que deben cuidarse”.
Verónica, junto al equipo del Centro de Salud de Yunganza, ofrece charlas en los Servicios amigables de adolescentes y en el Club de Adolescentes del Ministerio de Salud. Ella comparte información y explica que el embarazo en niñas y adolescentes es un problema de la sociedad, que debe abordarse desde múltiples sectores: salud, educación y las familias.
“Espero que las nuevas generaciones puedan mejorar su vida, que los aportes que hacemos les permita terminar sus estudios, que busquen sus sueños, que no existan más embarazos a temprana edad”.