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Fecha: 8 de octubre, 2020

Hora: 09:00 a.m. (hora de Panamá) / 11: 00 a.m. (hora de Chile)

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Este diálogo es una instancia de reflexión dirigida a tomadores de decisiones, junto con académicos y organizaciones de la sociedad civil, para analizar el escenario sociodemográfico de los países de la región a la luz de la crisis sanitaria actual y sus posibles impactos en el corto, mediano y largo plazo en las personas mayores. El objetivo es intercambiar información, compartir experiencias y aprendizajes sobre iniciativas implementadas en los países, así como promover iniciativas de cooperación entre los países que permitan brindar respuestas coordinadas frente a la crisis del COVID-19.

 

La creciente proporción de personas mayores en la población ha sido una de las tendencias demográficas predominantes en América Latina y el Caribe en las últimas décadas, y seguirá intensificándose en las próximas. Según las proyecciones más recientes de Naciones Unidas, las personas de 60 años y más suman actualmente alrededor de 85 millones y representan el 13% de la población total de la región. Se estima que en 2050 este grupo alcanzará los 190 millones de personas, pasando a representar el 25% de la población regional. En el caso del grupo de 80 años y más —el que crece con mayor intensidad— su proporción con relación a la población total se triplicará en los próximos 30 años, del 2 al 6%, debiendo alcanzar un total de alrededor de 42 millones de personas en 2050.

La crisis sanitaria, social y económica generada por la pandemia del COVID-19 está impactando con particular dureza sobre las personas mayores. Si bien el riesgo de contraer el COVID-19 está presente en todos los grupos de edad, las personas mayores están expuestas a un riesgo significativamente mayor de mortalidad y enfermedad grave después de la infección, debido en gran parte a la mayor incidencia de enfermedades de base en este grupo poblacional. Según el informe del Secretario General de Naciones Unidas de mayo de 2020 sobre el impacto del COVID-19 en las personas mayores, las tasas de mortalidad para el grupo de mayores de 80 años asociadas a la enfermedad eran cinco veces el promedio mundial, y podrían subir aún más a medida que el virus se propaga rápidamente a los países en desarrollo.

La pauta socioeconómica y cultural de convivencia intergeneracional en América Latina y el Caribe, que aglutina en espacios muchas veces cerrados y pequeños a niños/as, adultos y personas mayores, particularmente en hogares de menores recursos, puede ser uno de los vectores más importantes de contagio en la región, sobre todo por el carácter asintomático que el COVID-19 suele presentar entre los más jóvenes.

En un contexto regional de debilidad de los sistemas de salud, la concentración de recursos sanitarios en torno al COVID-19 conforme se intensifica su propagación en la región, podría crear barreras a las personas mayores para obtener servicios de salud relacionados con otras condiciones preexistentes, aumentando así su vulnerabilidad a los efectos del COVID-19.

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