Usted está aquí

PINAR DEL RÍO, Cuba - En el baño de casa de su mamá, donde mejores condiciones había, se refugiaron Yuleimy García Torres y su niño mientras el huracán Ian azotaba La Coloma, Pinar del Río, el 27 de septiembre de 2022. La primera media hora la pasaron allí. Luego el fuerte viento se llevó el techo de zinc y corrieron a guarecerse debajo de la meseta de la cocina.

“Parecía que el mundo se acababa. Era muy duro ver cómo las cosas se mojaban, se iban con el viento, se echaban a perder”, recuerda Yuleimy, que tenía entonces 18 años.

Su casa sufrió un derrumbe total. Ella tuvo que irse con su hijo y seis familiares a vivir en un hogar temporal.

Una sola pregunta daba vueltas en su cabeza mientras recogía lo poco que quedó tras el desastre: ¿cómo salir, junto a los suyos, de la difícil situación en que se encontraban?

La respuesta llegó más temprano que tarde: empezaría a laborar como trabajadora social. De esta manera, podría ayudar a reconstruir la casa y sustentar a su niño, que tenía de dos años. También se decidió a ir al policlínico Turcios Lima, del municipio Pinar del Río, en busca de algún método anticonceptivo que la ayudara a prevenir embarazos no intencionales.

Ella esperaba erigir un mejor futuro para ella y su pequeño Maikel Daniel. Por el momento, solo quería concentrarse en reconstruir su vivienda, lograr que su hijo fuera cuidado en un círculo infantil y ayudar, desde su puesto de trabajadora social, a personas en condiciones de vulnerabilidad.

En abril de 2023, a Yuleimy le fue colocado uno de los 1 000 implantes subdérmicos que llegaron a Pinar del Río como parte de la respuesta del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) a la emergencia provocada por el huracán Ian. Lo recibió en el policlínico Turcios Lima, donde radica la consulta provincial de planificación familiar. Era la primera vez en su vida que usaba un anticonceptivo hormonal.


Yuleimy tenía como objetivo reconstruir la casa que Ian destruyó y sustentar a su niño de dos años. ©UNFPA Cuba

Los doctores le explicaron en qué consistía el método anticonceptivo y la chequearon con un examen físico, para descartar alguna patología que contraindicara su uso.

Tras la colocación del implante, le comentaron que debían hacerle un seguimiento para evaluar su evolución y ofrecer acompañamiento.

Autonomía corporal: el primer paso hacia la recuperación

La casa de Adriana Martínez, de 20 años, también de la Coloma, sufrió un derrumbe parcial después de que los fuertes vientos de Ian le llevaran el techo.

Apoyada por sus abuelos y su papá, Adriana no dudó en continuar sus estudios de Biofísica Médica a pesar del desastre. Pero, para asegurarse de poder hacerlo, debió buscar, entre otras cosas, un método anticonceptivo. En las farmacias, ya no estaban disponibles las tabletas de Trienor que tomaba meses atrás y necesitaba una protección más estable y duradera. Pensó entonces en un implante subdérmico.


Adriana pudo continuar sus estudios y su implante le permite evitar embarazos no intencionales. ©UNFPA Cuba

Sus primeras visitas al policlínico Turcios Lima en busca del dispositivo no dieron los resultados esperados. No había implantes para colocarle. Tiempo después, desde esa institución la llamaron para notificarle que había llegado un donativo del UNFPA para las mujeres afectadas por el huracán y que su implante estaba esperando por ella.

A Adriana le fue colocado el anticonceptivo y pudo seguir adelante con sus sueños.

“Estoy a punto de graduarme y tengo muchos planes profesionales y personales por delante. No es que sea algo malo, pero no quiero tener hijos todavía. Espero que mi descendencia llegue cuando esté en condiciones de recibirla”, confesó Adriana, quien tiempo después ayudó a poner el techo de su casa.

Anticonceptivos que llegaron en el momento oportuno

En abril de 2023, arribaron a Pinar del Río 1 000 implantes subdérmicos, como parte de la respuesta del UNFPA para contribuir a la revitalización de los servicios de salud sexual y reproductiva luego de la emergencia.

Antes del donativo, la situación con los anticonceptivos en Pinar del Río era complicada. Había escasez de estos insumos y, con el paso del huracán Ian, esta situación se vio agudizada.

En Pinar del Río, el 9.2% de todas las mujeres en edad reproductiva (de 15 a 49 años) casadas o en unión declaran tener necesidades insatisfechas de planificación familiar. Dicho valor se encuentra ligeramente por encima de la media nacional.

Una vez recibidos los implantes, el personal de salud local hizo una lista con las mujeres más necesitadas de implantes, según sus patologías, antecedentes y las afectaciones provocadas por el ciclón.

“Se prestó especial atención a las adolescentes con hijos y, en cada caso, se preguntó a las mujeres si estaban de acuerdo con usar este método anticonceptivo”, explica la doctora Lázara Medina Martínez, quien lidera la consulta de planificación familiar del policlínico Turcios Lima

La enfermera Amelia Gómez Velazco, que también trabaja en la consulta de Planificación Familiar del Turcios Lima, indica que los implantes ofrecen protección a las beneficiarias durante tres años y antes de colocarlos se debe cumplir un riguroso procedimiento.


300 implantes subdérmicos llegaron al policlínico Turcios Lima, donde radica la consulta provincial de planificación familiar, para favorecer a las mujeres afectadas por el huracán Ian. ©UNFPA Cuba

“Se explica a las mujeres en qué consiste el método anticonceptivo, cómo se pone y cómo se retira. También las sometemos a un examen físico, descartamos que estén embarazadas o que tengan alguna patología que contraindique su uso y preguntamos sus antecedentes obstétricos, si tienen hábitos tóxicos, si hacen alergia a algún medicamento, entre otras cuestiones”.

Además de los implantes subdérmicos, los insumos que el UNFPA entregó al policlínico Turcios Lima incluían anticonceptivos hormonales inyectables y en tabletas, kits para desgarros cervicales y vaginales, kits para el manejo clínico de la violencia sexual y kits de higiene.

En un mes, la doctora Lázara y la enfermera Amelia colocaron los 300 implantes que tenían asignados a su consulta. Explicaron que las necesidades demandaban agilizar el trabajo, porque muchas de las mujeres atendidas llevaban tiempo sin otro método anticonceptivo moderno y no habían podido recuperar sus viviendas.

Yuleimy y Adriana salieron de la consulta que les correspondía un mes después de colocarse los implantes. Se les vio sonrientes y tranquilas. No presentaron inconvenientes con el anticonceptivo y ahora tenían una preocupación menos. En ese momento, una quería enfocarse en trabajar y la otra en estudiar. Las dos, a su manera, fueron resilientes ante la adversidad.