TECUCIGALPA, Honduras - El huracán ETA se transformó en una depresión tropical y dejó estragos y devastación, a su paso por Honduras a mediados de noviembre de 2020. Las lluvias provocaron desbordes de ríos, inundaciones, deslizamientos de tierra, destrucción de hábitat y medios de vida. Además, impactó a aproximadamente a 4 millones de familias hondureñas y las dejó sin acceso a servicios de salud críticos.
El país comenzaba a recuperarse de los azotes del huracán ETA, cuando una nueva tormenta con igual o mayor intensidad, denominada IOTA, llegó al país, dejando destrucción y desesperanza en las familias afectadas. De acuerdo a los informes del Comité Permanente de Contingencias de Honduras (COPECO), el total de población evacuada alcanzó las 440 mil personas, llegando a una población afectada de manera directa e indirecta de 3.9 millones de personas.
“Lo perdimos todo, hay mucha desesperanza, pero nos queda seguir adelante y buscar la forma de sobrevivir”, manifiesta Karlibeth Ortega, una joven cantante feminista que reside en La Lima, Cortés.
La población más afectada se concentra en 179 municipios localizados en los 18 departamentos del país, con una población que asciende a 7.9 millones de personas, de los cuales el 34% son menores de 15 años. Asimismo, en estos 179 municipios viven aproximadamente 4.12 millones de mujeres, de las cuales el 54% se encuentran en edad reproductiva.
La importancia del acceso a datos
Como parte del trabajo de respuesta humanitaria, el Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA) junto al Instituto Nacional de Estadística de Honduras y agencias socias como Oficina de las Naciones Unidas de Coordinación de Asuntos Humanitarios (UNOCHA), se aseguraron de garantizar que las proyecciones subnacionales de población de alta calidad a nivel departamental (ADM-2) estuvieran al alcance de todos y todas.
Estos datos de población, que están desglosados por sexo y grupos de edad, se denominan en los círculos humanitarios como “Conjunto de datos operativos comunes sobre estadísticas de población” (COD-PS) y proporcionaron una imagen instantánea actualizada de la población residente en todo el país.
Este posicionamiento de los datos ahorró un tiempo valioso en el período crítico de 72 horas de la tormenta tropical al informar los preparativos de respuesta por parte de los socorristas. El fin de semana anterior a la tormenta, se aplicó un análisis geoespacial a los datos subnacionales de población para estimar y visualizar las poblaciones afectadas dentro de los primeros 102 municipios principales que probablemente tuvieran el impacto más sustancial de la tormenta. Esto ayudó a poder llevar suministros de apoyo a las personas más afectadas.
Luego de las tormentas, las visualizaciones geoespaciales preparadas por la Oficina de América Latina y el Caribe de UNFPA sobre hombres y mujeres adolescentes (10 – 19 años de edad) y de mujeres en edad fértil, alertaron al Gobierno y las organizaciones nacionales e internacionales y les brindó herramientas para tomar medidas sobre la vulnerabilidad de violencia sexual a la cual las niñas y niños que se encuentran en albergues están expuestos y sobre la posible atención a brindar a mujeres embarazadas en caso se presenten emergencias inesperadas.
“Agradezco y reconozco que el trabajo coordinado con UNFPA en el levantamiento de la información durante la emergencia, la cuantificación de los damnificados, y la información de la población diferenciada por sexo y edad de cada albergue que nos permitió diseñar, organizar y priorizar las acciones estatales de apoyo. Así como información que nos sigue sirviendo para diseñar estrategias de apoyo de emprendedurismo y crédito a las poblaciones más afectadas”, manifestó Carlos Gunther Laínez, Director del Programa Presidencial Crédito Solidario.
Esta información además fue altamente utilizada por las autoridades municipales con el fin de tomar acciones rápidas, “la herramienta fue útil y oportuna, atendimos las necesidades de los municipios con mayor agilidad y de manera organizada. Esto contribuyó a que las autoridades municipales tuviesen un mejor panorama de la magnitud del impacto”, Ramón Torres, Jefe Planificador de la Unidad de Planificación Municipal de la Dirección de Gobernabilidad Local, de la Secretaría de Gobernación, Justicia y Descentralización.
UNFPA en acción
El equipo de asistencia humanitaria de UNFPA se trasladó rápidamente a la zona afectada del Valle de Sula con el fin de apoyar a la población en mayor vulnerabilidad como niños, adolescentes y mujeres embarazadas.
En el departamento de Cortés, uno de los más afectados por los huracanes ETA e IOTA, la mayoría de sus establecimientos de salud continúan cerrados debido a los daños de infraestructura sufridos, falta de personal ya que muchos resultaron heridos, y los caminos de acceso bloqueados. Esta realidad impide que las mujeres accedan a los servicios de salud esenciales.
Antes del huracán ETA, durante la pandemia de COVID-19, el UNFPA brindó en este departamento protección personal a casi siete mil trabajadores de salud de primera línea y a 15 mil personas, incluidas mujeres, mujeres embarazadas y adolescentes.
“Es la segunda vez que pierdo mi casa por las inundaciones y es muy difícil para mí, además de mantener a 7 niños como madre soltera, enfrentar esta doble tragedia”. Comenta Gabriela del barrio Las Brisas del departamento de Francisco Morazán, quien todavía se encuentra en uno de los albergues con sus siete hijos.
El huracán ETA y luego el huracán IOTA han dificultado aún más el apoyo a mujeres y niñas, y especialmente a mujeres embarazadas. Las estimaciones de la calculadora del Paquete Mínimo de Servicios Iniciales (MISP) sugieren que podría haber cerca de 23,968 mujeres embarazadas en la población afectada directa y es probable que ocurrieran 2,663 nacimientos en el primer mes después de la primera tormenta.
Fabiola cumplió 23 años, es madre de dos niños. Durante el huracán ETA, Fabiola como muchas mujeres no pudo ser atendida a tiempo por un Centro de Salud u Hospital, no tuvo acceso a una ambulancia y le tocó dar a luz a Emanuel debajo del puente del Sector Chamelecón. Su parto fue atendido por una partera.
La calma luego de las tormentas
Después de dos meses, Fabiola regresó a su casa, tuvo que limpiar su casa nuevamente, sin suerte, aún con mucho miedo de que si volvía, una nueva tormenta podría hacerla pasar por la misma pesadilla. Poco a poco, ella vuelve a su realidad con al menos la única satisfacción de ver a Emanuel sano.
Han pasado 6 meses y Fabiola sigue viviendo bajo el puente en donde dio a luz a Emanuel. Junto a más personas sus casas se han transformado casas de campaña junto al camino, sin acceso a luz, agua potable ni un lugar para cocinar alimentos.
Fabiola continúa recibiendo atención postparto en el centro de salud de Chamelecón. El personal de salud de este centro ha recibido entrenamiento por UNFPA para cuidar a madres adolescentes. UNFPA además, provee asistencia a mujeres que tienen menos de 17 años de edad y se encuentran en una situación similar a Fabiola.
UNFPA continúa alimentando las bases de datos de información, actualizándolas permanentemente de forma que las organizaciones e instituciones que lo deseen puedan acceder a esta información. La prioridad aquí es dar respuesta rápida y oportuna basados en datos especialmente relacionados con mujeres, adolescentes y niñas, a fin de asegurar el apoyo con acciones concretas dirigidas a no dejar a nadie atrás.
* Texto escrito por: Sabrina Jurán de UNFPA LAC; Clarisa Morales de UNFPA Honduras.
Edición final por: Mildred Tejada de UNFPA Honduras y Guadalupe Natareno de UNFPA LAC.