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PUERTO ESPAÑA, Trinidad y Tobago - “Fue una experiencia traumática que me cambió la vida y tuve que aprender a hacer las cosas de manera diferente”, recuerda Charlene Ford acerca de un grave accidente vehicular que tuvo en 1990.

En un largo camino hacia la recuperación, finalmente empezó a usar muletas y, cuando era necesario, un bastón trípode. “Pude salir a la calle para conseguir transporte y moverme por mi cuenta”, dice Charlene.

Pero otro cruel giro del destino, en 2006, puso a Charlene en el centro de un segundo accidente vehicular, esta vez en un autobús para personas con discapacidad. La fuerza del impacto la arrojó desde la parte trasera del autobús hacia el frente, rompiéndole el fémur izquierdo por segunda vez. Esta nueva lesión la devolvió a la silla de ruedas. “Me puso nuevamente en la zona cero”, expresa Charlene. 

“Hasta el día de hoy no he recuperado mi independencia. Me volví totalmente dependiente, la mayoría de las veces, de personas independientes. ¡Me sentí excluida, discriminada por la sociedad en general y paralizada por mi entorno y la infraestructura, incluida la casa en la que crecí!”.

Charlene no puede participar en ciertas actividades, organizaciones y eventos porque a menudo no están disponibles servicios e instalaciones adaptados para personas con discapacidad, ni siquiera los baños. “Tampoco las instalaciones médicas tienen acceso adecuado a los edificios y salas de examen”, se lamenta Charlene. “Esto incluye un acceso limitado a atención dental y oftalmológica”. 

Las personas con discapacidad en Trinidad y Tobago enfrentan desigualdad, una falta general de acceso a servicios y bajos indicadores socioeconómicos. 

Para atender estos y otros desafíos, el Fondo de Población de las Naciones Unidas y la Organización Panamericana de la Salud (OPS/OMS), a través del Proyecto Alianza para los Derechos de las Personas con Discapacidad (UNPRPD, por sus siglas en inglés), ofrecen desde 2023 asistencia técnica y facilitan alianzas multisectoriales que incluyen a personas con discapacidad y organizaciones que las representan.


Charlene aboga para que las leyes nacionales respondan a las realidades de las personas con discapacidad. ©UNFPA Caribbean

Charlene siente la motivación de apoyar a otras personas con discapacidad. Su nueva realidad despertó un gran deseo de empoderar a quienes, como ella, enfrentan desafíos. Ella fundó y preside la Asociación de Trinidad y Tobago para Personas con Capacidades Diferentes (TNTADAP, por sus siglas en inglés). 

Ella ha participado en los talleres de desarrollo de capacidades del proyecto UNPRPD. “El conocimiento es poder”, dice enfáticamente. 

El proyecto se centra en fortalecer y mejorar la recopilación de datos, revisar leyes y políticas, aumentar la conciencia pública y la comprensión de la discapacidad, invertir en programas y servicios específicos que respondan a sus necesidades, mejorar la gobernanza y la coordinación de las organizaciones que las representan, y fortalecer la inclusión de la discapacidad dentro del Sistema de Naciones Unidas. 

Los talleres han creado una mayor conciencia sobre la necesidad de colaboración entre diferentes actores para abogar por la implementación de leyes apropiadas. 

“Quiero alentar a los grupos a ejecutar un plan de promoción sólido y presionar para que se implemente legislación específicamente para personas con discapacidad”, resalta Charlene, mientras también espera, con los nuevos avances médicos disponibles, encontrar un especialista con experiencia para analizar su caso y ayudarle a recuperar su movilidad.