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PANAMÁ, Ciudad de Panamá - “Quiero empezar destacando que la pandemia de COVID-19 ha contribuido a una crisis humanitaria profunda en América Latina y el Caribe con un impacto significativo sobre los grupos de población más vulnerables. La región se caracteriza por crisis multidimensionales que han traído consigo un nivel de urgencia sin precedentes de respuestas humanitarias bien coordinadas a nivel regional y nacional”, expresó Florbela Fernandes, Directora Regional Adjunta del UNFPA, Fondo de Población de las Naciones Unidas, durante la apertura del taller sobre estándares mínimos interagenciales de prevención y respuesta, que se llevó a cabo los días 13, 14 y 15 de septiembre en la ciudad de Panamá.

La formación permitió a los y las participantes familiarizarse con las 16 normas mínimas como manual técnico para guiar sus operaciones y conocer los requisitos para implementar y supervisar programas que cumplan con los estándares internacionales de calidad. 

“Hay que tener en cuenta, además, que la región plantea grandes retos en cuanto a los flujos migratorios y la necesidad de abordar contextos mixtos entre el desarrollo, la ayuda humanitaria y la consolidación de la paz”, agregó Fernandes, recordando que aunque cada país tiene sus propias peculiaridades, la región conserva algunas características comunes que tienen que ver con la desigualdad económica, social y de género; las culturas patriarcales; y la marginación de los grupos más dejados atrás como la población indígena, afrodescendiente, LGBTIQ+ y las personas con discapacidad.

Sostuvo que, aunque la violencia basada en género (VBG) esté presente antes de que las emergencias ocurran, sin embargo, es importante resaltar que, durante situaciones de emergencia, “el riesgo de violencia, explotación y abuso es más elevado” y que por ello la prevención, mitigación y respuesta a la VBG están clasificadas como intervenciones que salvan vidas en contextos humanitarios.

La implementación de los estándares mínimos interagenciales para la programación de la VBG en emergencias, es esencial para este fin. El objetivo es establecer un entendimiento común sobre la programación de VBG en emergencias, que asegure servicios multisectoriales de calidad. Los estándares mínimos ponen a las niñas, adolescentes y mujeres en el centro y promueven su participación y empoderamiento.

“El UNFPA como agencia líder en el abordaje de VBG en emergencias, debe motivar a los diferentes actores involucrados en la programación para la prevención y respuesta a la VBG a conocer a profundidad los estándares”, finalizó Fernandes.

Durante los tres días, las facilitadoras realizaron presentaciones sobre los estándares programáticos, facilitaron ejercicios de grupo sobre posibles escenarios y estimularon el diálogo en torno a la aplicabilidad de las recomendaciones y las actividades clave en contextos de crisis humanitarias convergentes y retos operativos como la financiación a corto plazo.

Las co-facilitadoras utilizaron la guía de facilitación, la herramienta de contextualización y las presentaciones difundidas a nivel mundial. El contenido del taller se adaptó utilizando lenguaje, referencias y casos vinculados a los contextos humanitarios y de emergencia de la región.