NACIONES UNIDAS, Nueva York – Hace cincuenta años, los líderes del mundo reconocieron el acceso a la planificación familiar como un derecho humano. Sin embargo, los métodos anticonceptivos seguros y confiables siguen estando fuera del alcance de cientos de millones de personas. UNFPA ha reunido docenas de ejemplos de estrategias ineficaces –e incluso dañinas– a las que algunas personas recurren en un intento por evitar un embarazo, mismas que se describen en una entrega especial con el título de "Inseguros y poco confiables: los métodos peligrosos para la prevención del embarazo".
Estos métodos, que a menudo se basan únicamente en rumores y mitos, van desde el uso de químicos perjudiciales, tales como desinfectantes, hasta artículos para el hogar como esponjas de cocina. Incluyen prácticas carentes de todo fundamento científico, tales como ponerse a saltar después de tener relaciones sexuales.
Todos estos métodos pueden ser perjudiciales si las personas que recurren a ellos, atraídas por un falso sentido de seguridad, tienen relaciones sexuales sin protección.
Vistos en conjunto, su uso destaca la necesidad urgente de mejorar la información acerca de los métodos de planificación familiar modernos y confiables, además del acceso a los mismos.
Un derecho sin ejercer
Este año, el Día Mundial de la Población, que se celebra el 11 de julio, también representa el 50º Aniversario de la Proclamación de Teherán, que reconoció la planificación familiar como un derecho humano. Con motivo de este día, el UNFPA también está atrayendo la atención del mundo a aquellas personas que no pueden ejercer este derecho.
De acuerdo con estimaciones recientes, en los países en vías de desarrollo existen 214 millones de mujeres que desean evitar un embarazo pero no se encuentran usando métodos anticonceptivos modernos. 155 millones de ellas no están usando ningún método de planificación familiar. Y alrededor de 59 millones de ellas están usando métodos tradicionales que no son confiables y podrían ser inseguros.
A través de su trabajo con personal de salud, jóvenes y poblaciones vulnerables, el personal del UNFPA se ha enterado de algunos de los métodos caseros a los que algunas personas recurren.
El uso de estos métodos se ha detectado en el mundo entero, lo mismo en países ricos que en países pobres.
Todos ellos resultan alarmantes, ya que exponen a los usuarios a diversos riesgos y en ocasiones provocan daños físicos.
Algunos involucran la ingestión de químicos o su introducción en el cuerpo por otras vías. En ocasiones, por ejemplo, se usan ingredientes tales como desinfectantes, vinagre y jugo de limón, a nivel vaginal. Estas sustancias pueden provocar quemaduras, irritación y otros daños.
Algunas personas usan hierbas como el jengibre, que no sirven para evitar el embarazo. Otras hierbas, como la ruda y la melia, se han usado desde tiempos antiguos, pero los expertos advierten que no existen dosis conocidas que pudieran hacerlas seguras o eficaces.
Algunas personas usan objetos –tales como bolsas de plástico o globos– en lugar de condones. Sin embargo, “los condones se fabrican por medio del uso de tecnología avanzada, y además se prueban individualmente para confirmar su confiabilidad, con el propósito de ofrecer una protección eficaz en contra de infecciones y el embarazo”, apunta Hemantha Senanayake, profesor de ginecoobstetricia de Sri Lanka, un país en el que se ha detectado el uso de estos métodos. El plástico y los globos, por otro lado, son propensos a romperse.
Y el uso de estos objetos también puede resultar doloroso. En por lo menos un país se ha detectado el uso de la envoltura de plástico rígida de una paleta de hielo como sustituto del condón, una práctica que, de manera potencial, puede conducir a laceraciones genitales.
Únicamente uno de los métodos descritos, la lactancia, podría considerarse de manera potencial como un método confiable – pero únicamente de manera temporal y siempre y cuando se lleve a cabo en las condiciones adecuadas. La lactancia prolongada, un método empleado por las mujeres en el mundo, no es un método anticonceptivo confiable.
Estos métodos ineficaces pueden tener graves consecuencias.
“Cuando mi esposa dio a luz a otro bebé un año después de haber tenido al primero, lo único que pensé es que no deberíamos tener un tercer bebé el año siguiente”, le comenta al UNFPA un hombre de la tercera edad de la zona oeste de Nepal. Aconsejada por un médico tradicional, su esposa bebió turmérico para evitar otro embarazo.
Él y su esposa terminaron teniendo nueve hijos, de los cuales ocho sobrevivieron. También tuvieron que enfrentar dos partos con muerte fetal.
Es importante seguir el problema con atención
Afortunadamente, el uso de métodos anticonceptivos modernos y confiables se está incrementando.
Algunas de las prácticas que el UNFPA ha detectado, como el uso de turmérico y detergente para ropa, se observaron por última vez hace algunas décadas. Otras, como la ingestión de yodo y leche, están desapareciendo, aunque podrían continuar en algunas zonas remotas.
Pero los riesgos persisten.
En lugares como Yemen, en donde el conflicto ha limitado el acceso a servicios de planificación familiar, “las mujeres ahora están regresando al uso de métodos tradicionales en secreto”, le comenta al UNFPA Eltaf, una partera.
En algunos lugares la planificación familiar incluso se encuentra bajo ataque, con esfuerzos para limitar la educación acerca de la anticoncepción o reducir la variedad y la disponibilidad de métodos eficaces.
El alto nivel de desinformación también provoca que las personas desconfíen del uso de los métodos anticonceptivos modernos, una situación que las lleva a adoptar prácticas inseguras.
Y el número de personas que está entrando a sus años reproductivos está creciendo. El ritmo del progreso actual es insuficiente para satisfacer sus necesidades.
Actualmente existe un enorme déficit en el financiamiento para programas de planificación familiar a nivel internacional. El programa de acceso anticonceptivo dedicado del UNFPA, conocido como UNFPA Supplies, por ejemplo, enfrenta un déficit de más de 700 millones de dólares para poder llevar a cabo su trabajo de aquí al año 2021.
La vigilancia es fundamental.
Los expertos en el campo de la salud, defensores de derechos y diseñadores de políticas en todo el mundo deben emprender acciones para asegurarse de que todas las personas puedan contar con la información y los servicios de salud necesarios para garantizar su derecho a la planificación familiar eficaz y voluntaria.
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