AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE - Las niñas y mujeres con discapacidad enfrentan múltiples situaciones de vulnerabilidad que se intersectan y dificultan el acceso a servicios y al pleno ejercicio de sus derechos. Es por eso que garantizar su acceso a la salud, a la educación, al trabajo, así como a una vida libre de violencia, requiere de una mirada que integre la perspectiva de género y de los derechos de personas con discapacidad.
En la mayoría de los países de la región no existen datos nacionales desagregados que visibilicen cuántas mujeres y niñas con discapacidad han sufrido violencia.
Ante esta situación el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) y el Management Science for Health (2016), elaboraron en el marco del Programa Regional de la Iniciativa Spotlight en América Latina y el Caribe, el Informe Prácticas prometedoras en la respuesta a la violencia contra niñas y mujeres con discapacidad.
Entre los resultados más llamativos del informe, se encontró que las personas con discapacidad tienen tres veces más posibilidades de sufrir violencia física, violencia sexual y violencia emocional en comparación con las personas sin discapacidad.
“...es muy importante que los servicios esenciales sean inclusivos. La mujer sorda o con una discapacidad física, la mujer con discapacidad visual, cómo accede a un servicio esencial si no tienen acceso a un intérprete de señas? (...) Siempre se nos pide que vayamos acompañadas y a veces la persona que acompaña puede ser el agresor, así que cómo denuncio? Y eso tiene que ver también con el acceso al sistema legal para que yo pueda poner una denuncia en la que se me entienda y yo pueda darme a entender también”. -Liliana Zanafria, RIADIS, Comité asesor de la publicación.
El informe también resalta la gravedad de la situación, si se desglosa el dato por género y por tipo de violencia: en lo que respecta específicamente a las mujeres con discapacidad, ellas tienen hasta diez veces más posibilidades de sufrir violencia sexual. Por otra parte, y de acuerdo con el mismo estudio, la niñez con discapacidad intelectual es particularmente vulnerable; y las estimaciones sugieren que del 40 % al 68 % de las mujeres jóvenes con discapacidad sufrirán violencia sexual antes de los 18 años (UNFPA y Management Science for Health, 2016).
De acuerdo con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), los tipos de violencia contra las personas con discapacidad son los siguientes: violencia o abuso psicológico y emocional, negligencia en los cuidados, violencia o abuso físico y violencia o abuso sexual, que incluye cualquier contacto sexual no deseado y la negación de la información o educación sexual, así como la esterilización o el aborto forzado y abuso o explotación financiera (BID, 2019).
A estos tipos de violencia se añaden otros específicos a las mujeres con discapacidad, como la falta de ayuda técnica y las barreras físicas, de comunicación, actitudinales y económicas que enfrentan las mujeres con discapacidad. Esto dificulta su acceso a los servicios de atención de la violencia basada en género.
“La idea de contar con servicios esenciales resulta fundamental para que las mujeres con discapacidad que enfrentan situaciones de violencia puedan ser atendidas adecuadamente. Esto implica que las policías tengan capacitación de género y de discapacidad en toda la instersección, algo que aún no encontramos de manera integral y efectiva en la región”. - Maria Díaz Figueroa, abogada, intersección entre género y discapacidad. Comité asesor de la publicación.
En este marco, El Programa Regional de la Iniciativa Spotlight en América Latina recopiló, a través de la alianza entre UNFPA y Humanity and Inclusion y con la colaboración de un comité asesor de mujeres con discapacidad y expertas en la temática, mapeo y sistematizó una serie de prácticas prometedoras para cerrar las brechas de prevención y atención de la violencia contra niñas y mujeres con discapacidad.