La vida de Katherine Torres cambió a los 14 años: fue madre. Ahora, a sus 19 años, vive en una zona rural, entre las montañas que colindan con Santo Domingo Guzmán, en el departamento occidental de Sonsonate, a 76 kilómetros de la capital de El Salvador. 

“Para mí ser madre fue un proceso bien difícil, ya que a esa edad una no tiene los conocimientos adecuados para cuidarse en el proceso de gestación”, confiesa Katherine. 

Durante su embarazo, enfrentó momentos muy difíciles: “estudiaba en el octavo grado y me tocaba decidir cómo hacer cada día: ir a clases, pero también ir al control de gestación. A veces perdía una cosa por ir a otra, fue bien difícil. La verdad lloré mucho, casi durante todo el embarazo. Lloré porque no sabía cómo hacer”.

Además, en 2022, se separó del padre de su hijo porque él no quería que siguiera estudiando. “Me decía: ‘es mucho gasto, mucho tiempo, tienes otras responsabilidades en la casa’. Yo pensé: no puedo seguir así con él. Sentía algo raro, como que me amarraban”. 

Según datos del UNFPA, en El Salvador,  más de un tercio de las mujeres que tuvieron a su primer hijo entre los 10 y 19 años no habían cursado ningún grado de educación secundaria. Sin embargo, Katherine se mantuvo firme en su decisión de continuar estudiando y encontró el apoyo que necesitaba en su madre y su comunidad. 

“En ese momento de la separación, mi mamá me apoyó incondicionalmente”, expresa Katherine con emoción y agradecimiento porque “no todas las chicas lo tienen. A muchas, cuando tienen hijos a temprana edad sus familias las rechazan, las echan a la calle. Mi mamá me dijo: ‘si sentís que aquí vas a estar bien yo te abro las puertas, yo te voy a cuidar al bebé’”.

El retorno a los estudios 

Ese mismo año, Katherine reinició el bachillerato. A ella le gusta estudiar y participar en clases. Es muy activa. Un día, la profesora de una materia sobre habilidades para la vida, le comentó que en la alcaldía de Santo Domingo de Guzmán estaban impartiendo talleres, como parte del proyecto Llegar a cero embarazos en niñas y adolescentes, impulsado por el UNFPA. 

“Fue como que vi una luz en aquella oscuridad que yo sentía. Yo pensé: tengo donde ir”.  

A través de la Iniciativa Llegar a Cero, se ha implementado un plan de formación en habilidades emprendedoras, diseñado específicamente para adolescentes embarazadas o que ya son madres  Este programa ha logrado empoderar a las adolescentes a través del desarrollo de habilidades para el emprendimiento y el apoyo para la creación de sus propios negocios mientras continúan sus estudios. El objetivo es ampliar su autonomía económica. 

Katherine es una de estas adolescentes y hoy tiene un pequeño negocio de cría de cerdos que la llena de esperanzas y le abre nuevas oportunidades para un futuro más próspero. 

Su madre la acompañó a los primeros talleres y también llevaron al niño. “Fue una experiencia bien bonita que ha durado dos años. Recuerdo que en esas fechas me desvelé mucho. Tenía que escribir el formulario, hacer cuentas, saber cuánto iba a necesitar de dinero para iniciar, ya que nos habían dado una cantidad de dinero inicial. Así comencé con mi emprendimiento”.

Ella continúa siendo parte del proyecto, junto a su niño que ya tienen 4 años y está estudiando en el kinder. Actualmente, Katherine es estudiante universitaria y cursa el segundo ciclo de la licenciatura en Psicología. 

“La universidad me queda lejos, casi a cuatro horas desde mi casa. Estudio la licenciatura en psicología porque podré apoyar a las personas.  Quiero ser como una luz para algunas señoritas que estén en momentos complicados, como los que yo pasé. Quiero ayudarlas, orientarlas, compartirles conocimientos y experiencias”. 

La erradicación de los embarazos en niñas y adolescentes requiere el abordaje de tres nudos. Primero, es necesaria una cobertura educativa universal, que llegue a quienes son más vulnerables a tener uniones tempranas. Segundo, se requiere combatir todas las formas de violencia contra niñas y adolescentes, incluyendo la violencia sexual. Tercero, es crucial implementar estrategias de información y educación científica, adecuada a la edad.

En El Salvador, el UNFPA acompaña al país para erradicar los embarazos en adolescentes a partir de un enfoque de derechos, basado en evidencias.