CONDORCANQUI, Perú – “Nos enfrentamos a lluvias torrenciales, un sol implacable y largos traslados de comunidad a comunidad, a veces de hasta tres horas a través del río en chalupas, con el riesgo constante de que se volteen”, cuenta Dafne Aquino.
La selva del distrito de El Cenepa, ubicada al norte de Perú (a más de 800 kilómetros de la capital), se distingue por su densa vegetación y ríos caudalosos. En las comunidades dispersas de este territorio, Dafne y el equipo de brigadas móviles, compuesto por nueve mujeres comprometidas, comparten esperanza e información a quienes más lo necesitan.
Las brigadistas son parte del proyecto Nuwa Senchi, frase que significa “mujer fuerte” en awajún. Esta iniciativa de la Agencia de EE.UU. para el Desarrollo Internacional (USAID) y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) se ha propuesto empoderar a las mujeres indígenas amazónicas y garantizar su acceso a servicios esenciales de protección contra la violencia de género.
Cuando el proyecto no había iniciado, algunos hombres de las comunidades solían decir: “Antes de enseñar sobre los derechos de las mujeres, primero hay que enseñarles sobre sus obligaciones en el hogar”. La perseverancia y sensibilidad de las brigadistas está comenzando a transformar mentalidades arraigadas.
Dafne y el equipo enfrentan múltiples desafíos tanto para llegar a los lugares más alejados como para transformar las normas de género nocivas. A través de un enfoque centrado en las sobrevivientes, el proyecto del que forman parte previene la violencia mediante campañas de comunicación, el fortalecimiento de la colaboración interinstitucional, así como la sensibilización de autoridades estatales y comunitarias. Hasta el momento, se han implementado tres campañas educativas para cambiar las normas sociales y de género.
El impacto del proyecto es tangible: ha logrado llegar a más de 13.000 personas con mensajes culturalmente apropiados sobre la prevención de la violencia de género y la disponibilidad de servicios para su atención. Además, 210 mujeres y niñas han recibido kits de dignidad.
Mujeres que se sienten más protegidas
El proyecto ha propiciado la creación de espacios seguros para mujeres. En el poblado de Huampami, una de las mujeres asistentes, que prefirió mantenerse en el anonimato, comentó que las mujeres de su comunidad se sentían tristes y vulnerables; sin embargo, en este momento, con la información y los talleres recibidos, están más seguras y empoderadas.
“Ahora conocemos nuestros derechos y estamos más dispuestas a responder”, manifiesta. Esto se evidenció cuando la comunidad intentó quitarle su terreno a una de ellas; las mujeres, unidas, no se dejaron intimidar y defendieron su derecho a la propiedad.
También se realizan capacitaciones en diversos escenarios, ya sea en humildes centros comunales o a la sombra de los árboles amazónicos. De esta manera, las brigadistas brindan apoyo emocional y conversan con mujeres y niñas. “Después de casi un año de trabajo, empoderándolas y orientándolas en diversas situaciones, hemos logrado que sepan que pueden hablar con nosotras”, comparte Dafne con orgullo.
Te topas con tantas historias que parecerían novelísticas, pero son reales. La violencia basada en género no es solo discriminación, sino también violación, asesinato, golpes y humillación, explica Dafne.
El equipo de brigadas móviles colabora con socios estratégicos en los ámbitos de la salud, la educación, la protección y la justicia para asegurar un enfoque integral en la respuesta a la violencia basada en género. Esta combinación de esfuerzos entre diferentes sectores ha facilitado el progreso del proyecto en la región. Todas las acciones del proyecto se basan en el compromiso del UNFPA de no dejar a nadie atrás.
Dafne asume cada jornada como una oportunidad para marcar la diferencia en la vida de mujeres, niñas y adolescentes, construyendo un futuro libre de violencia en la región Amazonas.
“Estamos empoderándolas, dándoles esa valentía, como indicándoles: mira, sí se puede”, reflexiona, consciente del impacto duradero de su trabajo en la lucha por los derechos humanos