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PRESENTACIÓN DEL INFORME DE POLÍTICAS SOBRE LOS EFECTOS DE LA COVID-19 

El Secretario General de Naciones Unidas, António Guterres, hizo un llamado a transformar el modelo de desarrollo de América Latina y el Caribe ante el impacto de la pandemia de la COVID-19 en la región.

"A medida que el COVID-19 continúa extendiéndose por todo el mundo, América Latina y el Caribe se han convertido en un foco de la pandemia. En un contexto en el que ya existen enormes desigualdades, niveles elevados de trabajo informal y servicios de salud fragmentados, las poblaciones y las personas más vulnerables son una vez más las más afectadas", explicó el Secretario General de Naciones Unidas, durante la presentación del Informe de Políticas Sobre los Efectos de la COVID-19 en América Latina y el Caribe.

A través del Informe de Políticas sobre los Efectos de la COVID-19 en América Latina y el Caribese resalta cómo se prevé una contracción del 9,1% en el producto interno bruto (PIB), siendo la mayor en un siglo. Además de un marcado aumento del desempleo, la pobreza, la extrema pobreza y la desigualdad, especialmente en lo siguientes aspectos: El desempleo aumentará del 8,1% (2019) al 13,5% (2020), elevado el número de desempleados en la región a más de 44 millones de personas, lo que significa un incremento de más de 18 millones de personas respecto a 2019.

Se prevé que la tasa de pobreza aumente 7,0 puntos porcentuales en 2020, al 37,2%, un incremento de 45 millones de personas (230 millones de personas en total), esto aumentará la extrema pobreza en 4,5 puntos porcentuales, al 15,5%, lo que representa un incremento de 28 millones de personas (96 millones de personas en total). Con esto el índice de Gini promedio regional aumentará un 4,7%. Además, la pandemia está golpeando una región con desigualdades que ya eran profundas, altos niveles de trabajo informal y servicios de salud fragmentados. Solo el 34,2% de las personas del decil de ingresos más bajos están cubiertas por un plan de seguro de salud.

A través de su mensaje, el Secretario General, resaltó cómo las mujeres constituyen la mayoría de la fuerza de trabajo en los sectores económicos más afectados, ya que debido a las medidas de encierro tomadas por la mayoría de países, ahora también deben soportar la carga de los cuidados adicionales. Las personas de edad y las personas con discapacidad corren un riesgo mucho mayor de morir a causa del virus y cómo los pueblos indígenas y las personas afrodescendientes, al igual que los migrantes y los refugiados, también sufren de manera desproporcionada, pues entre ellos la vulnerabilidad se multiplica.

La crisis afectará más gravemente a las mujeres, ya que estas representan más del 60% de la mano de obra en los sectores de alojamiento y servicios de alimentación, el 72,8% de la fuerza de trabajo en el sector de la atención de la salud y es más probable que trabajen en ocupaciones informales que los hombres. El confinamiento ha significado una presión adicional sobre las mujeres como cuidadoras principales, al tiempo que ha aumentado la incidencia del femicidio y otras formas de violencia sexual y de género.

Los pueblos indígenas (60 millones de personas, que representan el 10% de la población de la región) y los afrodescendientes (134 millones de personas, 21%) se verán afectados de manera desproporcionada, ya que tienden a vivir en peores condiciones socioeconómicas y tienen un acceso limitado a la protección social en comparación con el resto de la población, además de enfrentar altos niveles de discriminación en el mercado laboral.

La crisis exacerba la vulnerabilidad de los migrantes y los refugiados. Cuando se aplican restricciones a la libertad de circulación o de acceso a los territorios nacionales, es importante hacerlo respetando las normas internacionales de derechos humanos, el derecho humanitario y el derecho de los refugiados, en particular los principios de no discriminación y no devolución, y las prohibiciones de detención arbitraria y expulsión colectiva.

Además, el Secretario General exhortó a hacer todo lo posible por limitar la propagación del virus, hacer frente a los efectos de la pandemia sobre la salud y a encarar sus repercusiones sin precedentes en el ámbito económico y social. 

El Informe de Políticas sobre los Efectos de la COVID-19 en América Latina y el Caribe subraya una serie de medidas urgentes y a largo plazo encaminadas a lograr una mejor recuperación. En el informe se exhorta a los gobiernos a hacer más por reducir la pobreza, la inseguridad alimentaria y la malnutrición mediante, por ejemplo, un ingreso básico para situaciones de emergencia y ayudas contra el hambre. 

"He hecho un llamamiento para poner en marcha un paquete de rescate y recuperación equivalente a más del 10 por ciento de la economía global. Los países desarrollados lo están haciendo por sí mismos con sus propios recursos, en el caso de América Latina y el Caribe, la comunidad internacional debe proveer liquidez, asistencia financiera y medidas de alivio de la deuda. Los países de América Latina y el Caribe, y en particular los pequeños Estados insulares en desarrollo, no deben quedar excluidos de la asistencia mundial. Es necesario ampliar la respuesta multilateral internacional a los países de ingresos medios, debemos abordar también los desafíos estructurales más amplios. Para reconstruir mejor es necesario transformar el modelo de desarrollo de América Latina y el Caribe". Agregó  el Secretario General. 

"Expreso toda mi solidaridad con los pueblos de América Latina y el Caribe, que al enfrentar estos desafíos deben guiarse por la solidaridad y la compasión", concluye António Guterres.

  • Descarga el Informe completo en Español aquí y en Inglés aquí
  • Respuesta de las Naciones Unidas frente al COVID-19 en Español aquí y en Inglés aquí
  • Respuesta del Fondo de Poblacion de las Naciones Unidas frente al COVID-19 en Español aquí 

Mensaje de António Guterres, Secretario General de Naciones Unidas