El informe sobre el Estado de la Población Mundial 2025 demuestra que la mayoría de las personas quiere tener hijos y que muchas personas desean más hijos de los que pueden tener. Esto se cumple en todos los países, incluso en los que presentan tasas bajas de fecundidad. Tales hallazgos ponen de manifiesto que la verdadera crisis a la que se enfrenta el mundo no tiene que ver con la despoblación, sino con la pérdida de la capacidad de acción en el ámbito reproductivo. En todos los países analizados, independientemente de su tasa de fecundidad total, se está vulnerando —y en algunos casos negando de forma directa— la decisión más trascendental que una persona puede tomar con respecto a su reproducción: si tener hijos o no, cuándo y con quién.