AHUACHAPÁN, El Salvador - El futuro es más brillante para una niña adolescente que está en plena capacidad de gozar de sus derechos. Sin embargo, el efecto es el contrario, cuando su trayectoria de vida es interrumpida por un embarazo a temprana edad.
“Pude haber muerto el día que nació mi hijo,” cuenta Evelyn, quien quedó embarazada cuando tenía apenas 13 años y su pareja 17. Su embarazo fue complicado, riesgoso, pasó la mayoría del tiempo en reposo y con malestares constantes.
Durante su embarazo, Evelyn tuvo al menos cuatro complicaciones severas. “Las cuatro veces nuestra vida corrió peligro,” asegura la joven salvadoreña.
La mortalidad materna en América Latina y el Caribe se ubica entre las tres primeras causas de muerte en las adolescentes entre 15 y 19 años. En las adolescentes menores de 15 años, el riesgo de fallecer a causas relacionadas con el embarazo es hasta tres veces más que en mujeres mayores de 20 años.
“Los doctores me advirtieron que iba a ser un embarazo complicado, debido a que, por mi edad, mis huesos no estaban bien formados aún. Dejé de estudiar. Siempre me sentía cansada. Me costaba respirar,” recuerda la joven, quien actualmente tiene 18 años.
“Estoy viva de milagro, me salvó la visita de una promotora de salud,” señala Evelyn. El día que nació su hijo, se encontraba sola, en su casa en un cantón de la zona rural de Ahuachapán. Su parto no estaba programado para ese día, pero ella no estaba bien.
Cuando llegó al hospital los doctores parecían no poder creer que la adolescente estaba a punto de ser madre. “Me dijeron que debería estar jugando con muñecas o estudiando,” señala Evelyn. A pesar de las múltiples complicaciones, el niño nació, pero al día de hoy, sus problemas de salud persisten.
“Mientras uno tiene oportunidades, es mejor seguir estudiando, crecer bien. Yo estoy contando esto porque ese día tuve la suerte de que pasó la promotora de salud. Si ella no me hubiese revisado, quizás no lo estaría contando, quizás tampoco hubiese nacido mi hijo,” asegura la joven.
Acciones claves para mejorar la calidad de vida de las adolescentes
La región de América Latina y el Caribe tiene la segunda tasa más alta de embarazos adolescentes del mundo. Entre los años 2013 y 2015, en El Salvador se registró que uno de cada tres embarazos era de una madre adolescente.
En El Salvador, UNFPA ha emprendido una serie de acciones de incidencia, desde un nivel comunitario. A la iniciativa se han sumado a actores claves tanto del sector gubernamental como de la sociedad civil, que buscan visibilizar de forma didáctica, a través de jornadas con estudiantes, docentes y padres de familia, temáticas como la prevención de violencia sexual, la eliminación del matrimonio infantil y la prevención de embarazos. Este año, en el municipio de San Rafael Cedros, en el Departamento de Cuscatlán, sensibilizaron alrededor de 300 estudiantes, en cinco centros escolares.
UNFPA El Salvador también ha desarrollado un ciclo de talleres dirigidos a funcionarios públicos, con el apoyo de la Embajada del Reino Unido, en los que se refuerza estratégicamente, el enfoque de derechos humanos, género y protección a las adolescentes que han sido víctimas de violencia sexual, como elementos fundamentales para la atención integral con calidad y calidez.
Los aportes de todos los talleres son claves para las instituciones en el proceso de discusión y aprobación de la Ruta Local Interinstitucional para la atención de niñas, niños y adolescentes que enfrentan violencia. Se trata de una herramienta de mucho impacto para el país, pues es la primera ruta acordada y validada por las entidades rectoras de la niñez y la mujer.
Visibilizando la situación, una historia a la vez
La historia de Evelyn forma parte de la publicación “El Costo Social del Embarazo y Uniones Tempranas en Niñas y Adolescentes”.
Hugo González, representante de UNFPA en El Salvador, indica que “A través de las 14 historias, se pone en relieve el costo social del embarazo y las uniones tempranas, muchas veces silenciado por la costumbre y la indiferencia asociada a la violencia sexual y la violencia basada en género, entre otros tipos de violencia, a las que se suman el abandono, la indiferencia y la falta de oportunidades.”
La periodista Susana Joma, quien escribió un artículo comentando la historia de Evelyn, indica que “Aunque Evelyn hoy es adulta, el ciclo no se ha roto, puesto a que con un niño enfermizo y sin tan siquiera tener acceso a una educación básica, no se vislumbra que en un corto plazo pueda acceder a una buena oportunidad de empleo, ni asegurar un buen futuro para ella y su hijo”.
Las otras publicaciones producidas por UNFPA, que junto a este documento presentan la evidencia del estudio son el “Mapa de embarazos en niñas y adolescentes en El Salvador”, y el documento “Maternidad y unión en niñas y adolescentes: Consecuencias en la vulneración de sus derechos”.
En la región de América Latina y el Caribe, el embarazo adolescente constituye uno de los desafíos más importantes en lo que se refiere a salud sexual y reproductiva. Factores como la violencia, las barreras de acceso a los servicios, al igual que a información y consejería, aunado a la falta o a la deficiencia de los programas de educación sexual integral, contribuyen directamente a este problema.
Texto: Guadalupe Valdés. Fotos: Walter Sotomayor y Lucy Tomasino