LAGUNA NEGRA, Chaco Paraguayo – Mariel Díaz Flores, de 37 años, recorría en moto más de 70 kilómetros para estudiar, mientras trabajaba, atendía a sus hijos y organizaba la casa.
Ella es licenciada en enfermería y trabaja en la Unidad de Salud de la Familia (USF) Canaán de la comunidad indígena Guaraní Ñandeva, en Laguna Negra. La comunidad está situada en el departamento de Boquerón, a más de 500 kilómetros de la capital del país, camino a la frontera con Bolivia.
Originaria del pueblo Guaraní Occidental, comprende la importancia de ejercer plenamente los derechos sexuales y reproductivos: “Gracias a la planificación familiar, mi marido y yo pudimos espaciar el nacimiento de nuestros hijos. Eso me permitió concluir mi segunda carrera”.
Aunque Mariel pudo acceder a los servicios de salud sexual y reproductiva que necesitaba en aquel momento, la realidad es muy diferente para otras personas.
De acuerdo con el más reciente reporte sobre el Estado de la Población Mundial, muchas personas enfrentan obstáculos para formar las familias que desean. En ocasiones, tienen más hijos de los que imaginaban; en otras, no alcanzan a tener el número que desean.
Basado en una encuesta que cubrió 14 países, el reporte arroja que cerca de 1 de cada 3 personas ha experimentado un embarazo no intencional en algún momento de sus vidas.
“Una mujer embarazada requiere numerosos cuidados, y cuando nace el bebé hay que cuidarle, darle de mamar, alimentarle; por eso recurrí a los métodos anticonceptivos temporales hasta que tuve la cantidad de hijos deseada, y luego opté por uno definitivo. Compartir con mis pacientes mi propia experiencia permite desmentir muchos mitos alrededor de los métodos anticonceptivos”, sostiene.
La comunicación como herramienta
Además de ser licenciada en enfermería, Mariel es profesora bilingüe guaraní-español, una formación que emplea a diario, especialmente cuando debe hablar sobre planificación familiar. Remarca que hay que tener muy buena predisposición para aprender y adaptarse a la realidad chaqueña.
“Con cada mujer tengo una charla para informarle sobre los métodos anticonceptivos disponibles, buscando crear un ambiente de confianza, ya que no es un tema fácil de abordar debido al temor que genera la desinformación”.
En el Chaco Paraguayo coexisten tierras áridas con lagunas saladas, una fauna diversa, imponentes árboles, conocidos como palos borrachos, y un infinito cielo estrellado. Sin embargo, este rico ecosistema enfrenta cada año sequías o inundaciones extremas, incendios devastadores y altas temperaturas que pueden superar los 45 grados.
La falta de agua, caminos y movilidad dificultan el acceso y la garantía a derechos básicos, como la educación y la salud.
“No todas las embarazadas se hacen los controles porque enfrentan dificultades como la distancia, la falta de transporte y de información”, explica Mariel.
En Paraguay, la población indígena representa aproximadamente el 2.3% de la población total; sin embargo, en 2020, 1 de cada 10 muertes maternas registradas en Paraguay correspondía a adolescentes y mujeres indígenas. Ellas tienen un mayor riesgo de mortalidad materna en comparación con otras poblaciones, por lo que la actitud y empatía del personal de salud son claves para integrar distintas cosmovisiones, en un país donde conviven 19 pueblos indígenas.
La diversidad cultural del Chaco es una de sus principales riquezas. Con 7 parcialidades en su territorio (Guaraní Ñandeva, Guaraní Occidental, Enlhet Norte, Enxet Sur, Maká, Ayoreo y Nivaclé), uno de los puntos que insistentemente se ha recomendado para prevenir los embarazos no intencionales y la mortalidad materna es la elaboración de materiales informativos y de comunicación en sus propias lenguas.

En respuesta a esta necesidad, el Ministerio de Salud Pública y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) vienen trabajando desde hace 3 años en esta zona, para implementar una estrategia conjunta de mejora en la oferta de planificación familiar, capacitación del personal de salud y fortalecimiento de las herramientas de comunicación.
Si comparamos el primer trimestre de 2023 y el primer trimestre de 2024, en el departamento de Boquerón, se ha incrementado el número de usuarias de métodos anticonceptivos en un 60%, como resultado de una construcción colectiva que ha involucrado a las comunidades, al personal de salud y al UNFPA.
El UNFPA también apoyó la incorporación del implante subdérmico entre los servicios de salud del Chaco Paraguayo y el escalamiento de la oferta de métodos anticonceptivos reversibles de larga duración.
A través de acciones como esta, se busca incidir en las cifras de embarazos en adolescentes indígenas y de mortalidad materna. Así, las mujeres pueden prevenir embarazos no deseados o muy seguidos que pongan en riesgo su salud.
Con el acompañamiento del UNFPA, Mariel teje un puente entre culturas y realidades, sembrando semillas de confianza y empoderamiento en cada consulta, en cada charla.
Llena de orgullo, espera seguir apoyando a las mujeres que acuden a ella para transformar sus vidas y trabaja para que logren alcanzar sus sueños.
Su tarea en la USF Canaán es un acto de amor y solidaridad que trasciende culturas y barreras lingüísticas. Con su dedicación y pasión, Mariel demuestra que el verdadero poder está en nuestras manos: el poder de decidir, el poder de soñar y el poder de vivir plenamente.