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CARACAS, Venezuela/PACARAIMA, Brasil – Horihanny Del Valle, una migrante venezolana de 16 años, se enteró de la pandemia de COVID-19 apenas hace unas semanas al escuchar a unos conocidos hablar sobre el coronavirus. "Vi a la gente hablando de ello y me dio miedo", recuerda.

Horihanny salió de Venezuela hace un año junto con su familia en busca de mejores oportunidades. Actualmente viven en Pacaraima, una ciudad brasileña que se encuentra en la frontera con Venezuela. En total son quince las personas que viven hacinadas en una pequeña casa rentada.

La semana pasada, Horihanny asistió a una sesión informativa sobre cómo protegerse de la enfermedad. También recibió un kit de higiene femenina que contiene, entre otras cosas, artículos esenciales como alcohol en gel, jabón y toallas sanitarias.

Ella planea compartir los materiales y la información para prevenir la enfermedad con su familia.

La COVID-19 se encuentra con la crisis humanitaria en Venezuela

La pandemia ha complicado la situación humanitaria en Venezuela y en países vecinos como Brasil.

La crisis económica de Venezuela ha provocado un éxodo masivo de personas migrantes y refugiadas, que tienen necesidades humanitarias importantes tanto al interior como en el exterior del país.

Al interior de Venezuela, las instalaciones de salud no cuentan con insumos médicos suficientes, una situación que tiene grandes repercusiones para las mujeres y las niñas. Por ejemplo, se estima que existe un desabasto de insumos anticonceptivos del 80 por ciento, además de una escasez crítica de suministros de sangre seguros, que son necesarios para atender complicaciones del parto como la hemorragia posparto.

Las consecuencias han sido terribles: El número de muertes maternas en Venezuela se incrementó en casi un 66 por ciento entre 2015 y 2016. El país también registra altas tasas de embarazo en adolescentes y una baja cobertura de pruebas de VIH para mujeres embarazadas, además de bajas tasas de tratamiento para mujeres embarazadas seropositivas.

La pandemia amenaza con reducir aún más la capacidad del sistema de salud.

Para fortalecer los servicios de salud, el UNFPA trabajó con la Organización Panamericana de la Salud y UNICEF para entregar al país 90 toneladas de suministros sanitarios e insumos para educación, agua, higiene y saneamiento el mes pasado.

El envío, que fue parcialmente financiado por el Fondo Común de Respuesta a Emergencias de las Naciones Unidas, incluyó 28,000 kits de equipo de protección personal para trabajadores sanitarios que se encuentran en la primera línea de respuesta, además de concentradores de oxígeno, camas pediátricas, productos para control de calidad del agua y kits de higiene femenina.

"Los insumos que llegan al país ayudarán a mantener el acceso a servicios de salud sexual y reproductiva vitales en la complicada situación y la dinámica generadas por la pandemia de COVID-19", comenta Amalia García Estrada, coordinadora nacional de salud sexual y reproductiva del UNFPA en Venezuela.

Ayuda para migrantes necesitados

La pandemia también representa una amenaza para los migrantes venezolanos que han migrado a países cercanos en busca de oportunidades.

Al igual que Horihanny, Nayelis Totesaut, de 23 años, también dejó Venezuela recientemente. También está embarazada y está viviendo en Brasil.

"La situación en Venezuela era crítica", le dice al UNFPA. "No se podía comprar comida. Tuvimos que salir del país para no morir de hambre. Por lo menos aquí podemos trabajar", relata.

Pero la pandemia ya ha entrado de lleno en Brasil, con aproximadamente 168,000 casos de COVID-19 confirmados hasta el momento. La respuesta ha significado una gran carga para los servicios de salud, una situación que está afectando de manera potencial los servicios para las mujeres embarazadas como Horihanny y Nayelis. 

Los migrantes venezolanos enfrentan todavía más vulnerabilidades, ya que muchos viven en situación de pobreza, y algunos tienen poco acceso a servicios de agua y saneamiento. Nayelis, por ejemplo, actualmente vive en una choza de plástico improvisada con sus dos hijos.

El UNFPA está entregando miles de kits de higiene femenina a niñas y mujeres migrantes y refugiadas en el estado brasileño de Roraima, en donde viven tanto Horihanny como Nayelis. El UNFPA también está creando conciencia acerca de la enfermedad y cómo prevenirla.

"En este momento, con la pandemia, muchos servicios esenciales para las mujeres embarazadas podrían verse afectados. Por eso es fundamental que tengan acceso a información correcta sobre los insumos necesarios para prevenir la COVID-19", explica la representante del UNFPA en Brasil, Astrid Bant.