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SANTIAGO, Chile - Durante el período 2018 y 2021, el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) acompañó a los países de la región en la implementación del Consenso de Montevideo sobre Población y Desarrollo guiado por los “Tres Resultados Transformadores”: poner fin a las muertes maternas evitables; poner fin a las necesidades insatisfechas de planificación familiar; y poner fin a la violencia contra las mujeres y niñas y otras prácticas nocivas, teniendo como principio central “No dejar a nadie atrás” establecido en la Agenda 2030. Así comenzó la presentación del informe Florbela Fernandes, Directora Regional Adjunta del UNFPA, en el marco de la Cuarta Conferencia sobre Población y Desarrollo, que se lleva a cabo hasta mañana en la CEPAL.

 

 

El impacto de la pandemia del COVID-19 ha obstaculizado el progreso en la implementación del Consenso de Montevideo, los Objetivos de Desarrollo Sostenible y los tres resultados transformadores.  Y en este sentido, “el UNFPA estima que, debido a la discontinuidad de los servicios y al aumento de la pobreza resultante de la crisis, unos 20 millones de mujeres han podido dejar de usar métodos anticonceptivos modernos en la región, lo que sería equivalente a retroceder 30 años y sumar 2 millones más de embarazos no intencionados”, expresó Fernandes.

 

Las medidas de confinamiento contribuyeron al aumento de la violencia de género, y los servicios especializados para las sobrevivientes disminuyeron, con mayor impacto para las mujeres indígenas, afrodescendientes o migrantes.

 

De manera innovadora, el UNFPA entre 2020 y 2021 implementó su primera estrategia regional para “No dejar a nadie atrás” desarrollando una programación notable en apoyo de las personas afrodescendientes, los pueblos indígenas y las personas con discapacidad, bajo tres líneas de acción: visibilidad, inclusión y participación.

 

 

En el marco de estos desafíos, el UNFPA apoyó a los países de la región en la respuesta a la crisis sanitaria, promoviendo la continuidad de los servicios, garantizando la entrega de insumos de salud reproductiva y abordando las consecuencias físicas y emocionales de la violencia de género. 

 

“La pandemia nos ha dejado una lección muy importante: los avances de los derechos, incluidos los derechos sexuales y reproductivos, de las mujeres, niñas, adolescentes y jóvenes, no están consolidados y es necesario continuar acelerando las acciones para evitar posibles retrocesos”, advirtió Fernandes.

 

 

Enfatizó que desde el UNFPA reconocemos los esfuerzos que los países de la región están haciendo para mantener sus compromisos en el marco del Consenso de Montevideo, dadas las dificultades financieras que enfrentan, debido al aumento de las necesidades derivadas de la pandemia y la crisis económica global, entre otras circunstancias.

 

“Quiero terminar estas palabras mirando al futuro. En los próximos años, la UNFPA continuará centrando su trabajo en el logro de los tres resultados transformadores. Pero no lo hará solo. Se fortalecerán las alianzas estratégicas para garantizar el principio de ´nada sobre nosotros sin nosotros´. Hasta entonces, seguiremos trabajando para contribuir a un mundo donde cada embarazo sea deseado, cada parto sea sin riesgos y cada persona joven alcance su pleno potencial”, finalizó Fernandes.

 

Texto: Carolina Ravera Castro, UNFPA.

Fotografía: UNFPA LAC/Francisco Paredes.